Cuando he
tenido oportunidad de tratar directamente con los promotores de la planta (Ayto
y Rivamadrid) en el Consejo de Medioambiente, defendiendo los argumentos
principales de rechazo a la planta (en Rivas o fuera), de las organizaciones
ecologistas, entre ellas Rivas Aire Limpio, he recibido dos respuestas que ahora quiero comentar.
Sobre el
riesgo de incineración de una buena parte de los productos, me responden que
ellos no van a incinerar y que promueven la valorización energética (VE). El
tiempo dirá si consiguen que todos los que compren la planta vayan a hacerlo
así, nosotros creemos que es un riesgo inaceptable.
La otra
cuestión que les he planteado es que apostar por la valorización energética no
cumple la jerarquía legal de tratamiento de residuos, que prioriza la
reducción, luego la reutilización, le sigue el reciclaje y solo en cuarto lugar
la valorización energética, y por último la eliminación (vertedero). Y aquí no
nos entendíamos, pues ellos defienden que una planta que tritura todos los
residuos nada mas llegar y a continuación los hierve juntos, mezclándolos
profundamente y haciendo casi imposible el reciclaje, cumple con la jerarquía
citada. Ellos aceptan que la mayor parte de los residuos (orgánicos y
plásticos) irán a la VE, que sólo se podrán reciclar los metales y que otra
parte (inorgánicos, textiles y lixiviados) irán a la eliminación. Pero donde no
nos poníamos de acuerdo era si ese tratamiento será mejor que el realizado en
Rivas. Durante casi 20 años se han llevado los residuos del contenedor verde
(resto) de Rivas a Valdemingómez y allí se hace una separación manual inicial
que facilita el reciclado, se produce compost (que es otra forma de reciclado),
se aprovecha el gas de vertedero (VE), se produce gas metano (VE) y se llevan a
la incineradora un 23% de los residuos que entran en Valdemingómez (VE). Es
complicado hacer un balance rápido de mejora o retroceso entre la nueva planta
y Valdemingómez, pero ellos afirmaban rotundos y muy enfadados, que cumplían
con la legalidad, cuando yo sacaba un balance negativo, agravado por el riesgo
de que se acabaran quemando directamente la mayoría de los residuos (los
orgánicos y plásticos) por ejemplo en la cementera de Morata. Pero mira por
donde ya lo he entendido, al leer los argumentos que utilizan para rebatir a
las organizaciones ecologistas en la Declaración de Impacto Ambiental. Dicen
que utilizar la planta es mejor que llevarlo todo al vertedero (el último lugar
de la jerarquía) y tienen razón, pero hacen trampa. Desde hace unos meses los
residuos, del contenedor verde de Rivas, se llevan a Alcalá y allí se tira todo
directamente al vertedero. O sea que los mismos que decidieron, sin contar con
la ciudadanía, que llevaban los residuos a Alcalá (por motivos económicos) son
los que ahora nos presentan la planta como la mejor solución. Y luego se
quejarán de que la ciudadanía desconfíe de estos profesionales de la política.
Por
último quiero añadir que me llegan informaciones de que en las mismas
instalaciones de la planta de piloto de esterilización de residuos se está
experimentando con una planta que produce diesel a partir de plásticos, que no
nos consta que haya obtenido, ni solicitado, ninguna autorización ambiental,
por lo que no ha sido sometida a información pública y no se dispone mas que de
declaraciones publicitarias del Ayuntamiento. Si esto se confirma, me parece muy
grave que una instalación, que estaría destinada a utilizar los productos de la
planta, no se haya incluido en el estudio de impacto ambiental de la misma.
Además quiero alertar de que las tecnologías de tratamiento térmico de residuos
(pirolisis) para valorización energética son consideradas legalmente
instalaciones de incineración (REAL DECRETO 653/2003, de 30 de mayo, sobre
incineración de residuos. Art. 3.4).
Rivas
Vaciamadrid 8 de julio de 2013
Javier
Navascués.
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