martes, mayo 31, 2005

Impactos ambientales de las centrales de ciclo combinado

por Ladislao Martínez

Estas centrales suelen presentarse como tecnologías limpias debido a la reducción de las emisiones de contaminantes que en ellas se consiguen. Se alude en primer término al vertido casi nulo de Dióxido de Azufre (SO2) debido a que este elemento (S) es prácticamente inexistente en el gas natural. Y se insiste mucho en las reducciones que comportaba en las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2)por kWh producido, con el consiguiente alivio del efecto invernadero. Se omite señalar que nuestro país ya superó en el año 2004 los límites fijados para el ¡2010! por el compromiso firmado en Kioto1 de emisión de gases de invernadero, y que la producción de electricidad ha sido -y muy probablemente seguirá siendo- uno de los responsables de este crecimiento. El abaratamiento de la electricidad desde 1996 y la existencia de una etapa de fuerte crecimiento económico ha hecho crecer la demanda de electricidad a tasas de más del 6% en este período. Algo desconocido desde los 70. Un objetivo político de primer orden del gobierno del PP fue trasladar a los precios finales de la energía la profunda reducción que se había operado en los costes. Con ello reducía de forma significativa la inflación y ganaba votos. El "único" problema ha sido el aumento desbocado de los impactos ambientales. Y por supuesto de las emisiones de CO2. El PSOE no ha mostrado cambios sustanciales en este campo. Por ello, aunque se produjera un proceso de sustitución acelerada de centrales de carbón por grupos de gas en ciclo combinado, el crecimiento de la demanda-pasada y previsiblemente futura- superaría al efecto combinado de mejora de la eficiencia y sustitución de combustibles. Las emisiones no se contienen.

No deben ignorarse tampoco, por su contribución al cambio climático, las fugas accidentales de metano (CH4,componente casi exclusivo del gas natural) cuyo potencial de calentamiento a 20 años es 56 veces mayor que el de una cantidad igual de CO2. Según el IPCC (Panel Intergubernamental de expertos en Cambio Climático) la tasa de aumento anual de este gas es del 0,6% y es responsable, aproximadamente, del 16% del calentamiento terrestre actual. Un balance similar ofrecen las emisiones de óxidos de Nitrógeno (NOx). Estas sustancias son componentes de las llamadas lluvias ácidas y se producen por reacción directa del Nitrógeno y el Oxígeno del aire al elevarse la temperatura. Una central de 1200 MW. emite 375 kg/hora de estos contaminantes. La misma cantidad que 300.000 automóviles que recorren unos 10 km2. Estas sustancias son también precursores de la formación de Ozono troposférico, un peligroso contaminante que está alcanzando valores alarmantes en la atmósfera de ciertas zonas del territorio peninsular (Aranjuez, Huelva, Tarragona, Puertollano...). En bastantes de estos sitios se están superando los límites establecidos cuando las condiciones meteorológicas facilitan su formación(elevada insolación y temperatura). No es nada aventurado suponer que el caudal de emisión que representa la planta agravará de forma significativa el fenómeno hasta convertirlo en un problema grave de difícil o imposible control. Se provocarán con ello daños significativos sobre la salud de quienes allí habitan y sobre la productividad agraria.

Un problema que deben enfrentar estas plantas son sus necesidades de refrigeración. Como quedó dicho más arriba necesitan evacuar aproximadamente el 45% de su potencia térmica total. Las técnicas propuestas son dos: torres húmedas y refrigeración por aire. Las torres húmedas "aprovechan" el calor residual para evaporar agua. Este es un uso consuntivo del agua de difícil encaje en cuencas que no pueden definirse en modo alguno como excedentarias. El consumo, para los rangos de potencia demandados, se sitúa entre 0,15 y 0,7 m3/seg. A la limitación en la disponibilidad del recurso hay que añadir la necesidad de purgar las sales contenidas en el agua evaporada que en todas las circunstancias degrada su calidad y que en algún caso puede llevar el impacto hasta valores inasumibles. Tampoco deben olvidarse entonces las alteraciones del microclima del lugar debido a las nubes formadas. Hay compañías promotoras de proyectos que aseguran ser capaces de evacuar el calor residual con la ayuda sólo del aire en cualquier época del año, con un mecanismo no muy diferente del de los radiadores de los coches. Esto exige una superficie de contacto muy grande que lleva a la necesidad de ingentes cantidades de terreno3 y al empleo de elaboradísimas estructuras de ingeniería. En ambos casos se traduce en sustanciales incrementos de los costes de construcción. Es preciso además estudiar el impacto sobre los ecosistemas y cultivos cercanos de este aire recalentado.

Las centrales de gas de ciclo combinado

por Ladislao Martínez

A principios del año 2002 no existía ninguna central de gas en ciclo combinado en el sistema peninsular del estado español. A finales del 2004, funcionaban, según Red Eléctrica 8259 MW de estas centrales. Más potencia que los casi 7800 MW de origen nuclear que operaban en ese mismo momento. Además entre las centrales de gas en ciclo combinado que ya funcionan y las que disponen de derechos de emisión de acuerdo con el Plan Nacional recientemente aprobado, suman más de 17.000 MW. Finalmente unos 60 proyectos adicionales de centrales del mismo tipo, con más de 40.000 MW de potencia, se encuentran en fases tempranas de su tramitación.

Como puede verse de esta ristra de cifras, una tecnología apenas conocida hace unos años, ha crecido de forma espectacular, y, si no hay cambios inesperados en el horizonte energético, se convertirá en el principal mecanismo de generar electricidad antes de que finalice el decenio.

Las razones de este “éxito” son diversas. El elevado rendimiento de estas plantas es una de ellas. Estas centrales emplean la tradicional turbina de vapor y una turbina de gas que aprovecha la energía de los gases de escape de la combustión. Con ello se consiguen rendimientos termoeléctricos del orden del 55%, muy superiores al de las plantas convencionales.

Otro factor es el relativamente reducido coste de instalación que se sitúa entre 0,40-0,50 millones de euros/MW, muy inferior al de las centrales nucleares que puede ser 8-10 veces mayor y al de las instalaciones eólicas que duplican esta relación. Vinculado a lo anterior están los cortos períodos de duración de las obras, aproximadamente tres años. A lo que hay que unir la alta disponibilidad de estas centrales que pueden funcionar sin problemas durante 6.500-7500 horas equivalentes al año. Todo ello se traduce en unos precios de producción del kWh mucho menores que los de la mayoría de las demás centrales termoeléctricas del sistema peninsular. En un marco de "oferta competitiva", donde la electricidad se adquiere a quien la produce más barata pero se retribuye en función de la oferta más cara de las necesarias para cubrir la demanda, esto se traduce en unos elevados márgenes de beneficio que permiten amortizar la planta en tiempos muy cortos y entrar rápidamente en período de beneficios. Además el grueso de los costes son variables por lo que, de no ser necesario el funcionamiento de la planta, no se incurre en ellos.

La explicación de porque no se había acometido antes la construcción de estas plantas está en el hecho de que se trata de una tecnología relativamente reciente y en que en nuestro país la infraestructura gasista estaba en mantillas. En parte debido a la distancia de los centros de producción europeos de gas natural (Noruega, Reino Unido y en menor medida Holanda) y en parte a decisiones políticas del pasado en el que primó el recelo sobre los suministradores africanos más próximos (Libia y sobre todo Argelia), bajo regímenes que no ofrecían garantías a nuestros gobernantes. En los últimos años ha aumentado mucho el suministro de otros países como Nigeria, Trinidad y Tobago, Abu-dhabi, Qatar.... La construcción de los gasoductos de unión con europa (por los Pirineos), y la conexión a través del estrecho con Argelia, así como el crecimiento acelerado de las planta de regasificación y de la red de gasoductos peninsulares, han convertido al gas en la materia energética con mayor crecimiento en los últimos años.

Más térmicas

LAS CENTRALES TÉRMICAS UNA NUEVA AGRESIÓN A NUESTRA CALIDAD DE VIDA.

Están proyectadas 8 centrales térmicas de gas en ciclo combinado en la Comunidad de Madrid: Valdemingómez, Morata, Estremera, Fuentidueña, Villamanrique, Paracuellos, Colmenar de Oreja y Pinto; la mayor parte en el Sureste.

La combustión del gas y del gasóleo en dichas centrales provocará la emisión de grandes cantidades de gases contaminantes (NOx, SO2, CO, Ozono) y gases generadores del calentamiento climático (CO2).

En la Comunidad de Madrid, por el trafico de vehículos, sufrimos ya una grave contaminación ambiental que se vería agravada por estas centrales. Una central de 1200 MW emite tantos contaminantes en una hora como 300.000 vehículos recorriendo 10Km.

Además en Rivas ya soportamos otras agresiones contaminantes: Incineradora, vertedero, cementera de Valderribas, etc.

No hay justificación para el exceso de generación de energía previsto mediante centrales térmicas, que representaría generar en Madrid mas electricidad que toda la energía nuclear instalada en España y supone el abandono de otras alternativas: ahorro, eficiencia y energías renovables.

En el Sureste se han llevado adelante importantes movilizaciones contra estos proyectos, la última en Colmenar de Oreja.

En Rivas debemos prepararnos para responder también a estas amenazas y para ello hemos constituido la plataforma unitaria Rivas Aire Limpio, y para informarnos organizamos una Conferencia Debate.

Rivas no se resigna a empeorar su calidad de vida

¡TERMICAS NO!

lunes, mayo 23, 2005

Los riesgos de las centrales térmicas.

Parece que el inicio del siglo XXI estará marcado por los proyectos de las centrales de gas en ciclo combinado, de las cuales se pretenden instalar ocho centrales en Madrid región, la mayoría en el sureste .


Con este nombre se conocen las centrales que utilizan gas natural como combustible y que para generar electricidad emplean la tradicional turbina de vapor y una turbina de gas que aprovecha la energía de los gases de escape de la combustión. Con ello se consiguen rendimientos termoeléctricos del orden del 55 %, rendimientos muy superiores al de las plantas convencionales.

Este elevado rendimiento es uno de los factores que explican el interés de las compañías por la construcción de dichas plantas, pero hay otros. El primero de ellos es el relativamente reducido coste de instalación que se sitúa entre 60-80 millones de pta/MW, la mitad de las instalaciones eólicas que están entre 120-150 millones/MW y muy inferior al de las centrales nucleares que puede ser 8-10 veces mayor.

En estrecha relación con lo anterior están los cortos períodos de duración de las obras, aproximadamente tres años. Un segundo factor es el precio de la materia prima, que, aunque fluctuante como la última crisis del petróleo ha demostrado, es barato: del orden de 2 pta/termia. A ello hay que unir la alta disponibilidad de estas centrales que pueden funcionar sin problemas durante 6.500-7500 horas equivalentes al año.

Todo ello supone unos precios de producción del kWh mucho menores que los de las demás centrales termoeléctricas del sistema peninsular. En un marco de "oferta competitiva", donde la electricidad se adquiere a quien la produce más barata pero se retribuye en función de la oferta más cara de las necesarias para cubrir la demanda, esto se traduce en unos elevados márgenes de beneficio que permiten amortizar la planta en tiempos muy cortos y entrar rápidamente en período de beneficios.

Este crecimiento desbocado ha impulsado, y se beneficia también, de la fuerte reducción de los precios de la electricidad y del tirón de la demanda que provoca. Desde 1996 dichos precios han bajado en términos reales más del 23% en los clientes sometidos a tarifa (pequeños consumidores) y más del 28% para los que negocian directamente el precio del kWh. Debido a dicho abaratamiento y a la existencia de una etapa de fuerte crecimiento económico la demanda de electricidad ha crecido a tasas de más del 6% en este período. Algo desconocido desde los 70. Un objetivo político de primer orden del gobierno ha sido trasladar a los precios finales de la energía la profunda reducción de costes que se había operado. Una de estas “maravillosas térmicas” nos la colocarán muy cerca. En Morata de Tajuña.

Parece algo interesante pero no todo es felicidad.

Características de la planta de Morata de Tajuña.

1.200 Mw de potencia. Promovida por ELECTRABEL. Puesta en marcha prevista para el 30/6/2006.

Emisiones contaminantes previstas, según proyecto:

• 375 Kg/hora de óxidos de nitrógeno (opción gas)

• 435 Kg/hora de CO2 (causante del efecto invernadero).

• 675 Kg/hora de óxidos de nitrógeno (opción gasoil).

• 760 Kg/hora de dióxido de azufre (opción gasoil).

• Influencia de los impactos en 20 Kms. alrededor de la central.

Refrigeración inicial por agua, aunque posteriormente se ha anunciado un nuevo sistema por aire, un método nuevo del que no se conocen todavía las consecuencias, si bien evita el consumo de un recurso escaso en nuestra Región. No obstante el agua que consumiría procedería en su totalidad de la red general de abastecimiento de Madrid.

Los óxidos de nitrógeno y de azufre son irritantes de las vías respiratorias y los pulmones. Pueden producir desde bronquitis hasta enfisema.

Se producirá «lluvia ácida», que dejará estériles plantas y suelos.

No es una planta necesaria. Numerosos proyectos en toda España para los que no hay garantías de suministro de gas.

Las centrales térmicas de ciclo combinado, contaminarán el aire que respiramos, nuestras aguas y afectarán a la salud de los más débiles.


1.-Aunque contaminan menos que las de carbón o gasóleo, esta térmica emitirá gases contaminantes y vertidos tóxicos a las aguas.

2.-Quemará una cantidad 400 toneladas a la hora de gas natural, descargando los residuos a la atmósfera del entorno incluido Rivas.
3.-Emitirá grandes cantidades de gases (NOx; CO, CO2) con la combustión del gas, que serán mucho más altas y con SO2 cuando funcionen con gasóleo.

4,-Alto consumo de agua y consecuente vertido.
5.-Vertidos tóxicos: arsénico, níquel, plomo, selenio, cobre, cinc, cianuros y fluoruros.
6.-Los gases que se emitirán a la atmósfera contribuirán al calentamiento de la Tierra y provocarán LLUVIA ÁCIDA.

La Plataforma unitaria Rivas Aire Limpio, exige como factor determinante de la calidad de vida en nuestro municipio la supresión de todo tipo de instalaciones contaminantes y de energía no sostenible en nuestro entorno. Con el fin de informarnos e intercambiar opiniones organizamos una CONFERENCIA – DEBATE con el título:

LAS CENTRALES TÉRMICAS UNA NUEVA AGRESIÓN

A NUESTRA CALIDAD DE VIDA.

Ponentes: LADISLAO MARTINEZ, pertenece a Ecologistas en Acción / Sureste aire limpio, que hablará de Amenazas medioambientales de las Térmicas del Sureste madrileño.

Dra. JULIA GARCÍA CASTELL del Servicio Anatomía patológica. Hospital de Sagunto con la intervención sobre Centrales Térmicas y salud humana.

Dr. JOSEP FERRIS I TORTAJADA, Coordinador de la Unidad de salud medioambiental pediátrica. Hospital La Fe de Valencia sobre Conceptos básicos de Salud medioambiental.

SABADO 4 DE JUNIO 18:30H

SALÓN DE ACTOS DEL CENTRO CULTURAL FEDERICO GARCÍA LORCA

RIVAS VACIAMADRID

Organiza: RIVAS AIRE LIMPIO