Concentración frente al Ayuntamiento de Madrid.
Domingo 16 de abril, 12:00H.
Plaza de Cibeles.
Situación actual.
La incineradora de Valdemingómez lleva quemando residuos desde hace 28 años, siendo por ello una de las plantas más antiguas de Europa (Toxico Watch, 2021). Bajo el mandato de Carmena, el Ayuntamiento de Madrid acordó en mayo de 2019 aprobar una estrategia de residuos que incluía un plan de cierre de la incineradora. Bajo el mandato de Almeida, se plantea seguir indefinidamente con la incineradora funcionando a su máxima capacidad, mas allá del fin del actual contrato 2025 (borrador de estrategia de residuos). Para incumplir el plan de cierre se basa en que la anterior estrategia ha sido anulada judicialmente, argumento insuficiente pues la recogida separada de materia orgánica también era parte de la estrategia anulada y no ha sido revertida. Las poblaciones próximas a la incineradora llevan luchando desde 1987 por el cierre de la planta y no pueden aceptar dicho incumplimiento.
Ahora son muchas más las poblaciones afectadas por las emisiones de la incineradora y del resto del Parque de Valdemingómez, por encontrarse en un radio de 5 Km del mismo, como consideró un estudio municipal de 2018. En primer lugar las mas próximas y maltratadas, las de la Cañada, pero también las de Villa de Vallecas, Vicálvaro, Rivas Vaciamadrid, Getafe, Coslada y serán muchas más, hasta superar el medio millón de personas, cuando se habiten los nuevos desarrollos del sureste. Esas poblaciones van a sufrir las consecuencias de ese cambio de posición, si no lo paramos.
Nos dirán (ya nos lo han dicho muchas veces) que la incineradora es segura, que todos los controles y estudios salen bien. Tenemos que decir que se han hecho muy pocos estudios independientes de los efectos en la salud de las poblaciones próximas a la Incineradora de Valdemingómez. El primero en 2018, encargado por el Ayuntamiento de Madrid a través de Madrid Salud. Fue muy escaso, pues no incluyó a la población de la Cañada, pero tampoco a las de Rivas y Getafe. Estudió solo la mortalidad, pero no las enfermedades relacionables y aunque no reveló ningún riesgo especifico, sí que encontró que las dioxinas en el aire eran tres veces mas altas en el Ensanche de Vallecas que en el centro de Madrid.
Pero nosotros sabemos y lo hemos puesto en conocimiento de la fiscalía de medioambiente de Madrid, que en la combustión habitual de los residuos de la incineradora se producen sobrepresiones que provocan que los gases de combustión salgan fuera de la cámara (vieja y mal mantenida) sin ningún tipo de depuración y muchas mas irregularidades.
También hemos sabido que las cenizas y escorias que produce la incineradora se almacenan sin ningún control ambiental, formando montañas, encerradas en bolsas de escombros, que amenazan de nuevo a la población de la Cañada, pero seguro que mucho mas allá, a la cuenca del Manzanares y finalmente al Tajo.
Por último un laboratorio neerlandés Toxico Watch, con la colaboración de Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente, ha repetido los años 2021 y 2022 un estudio de biomarcadores (en hojas de pino, ciprés, musgos y huevos de gallina) en el entorno de la Incineradora de Valdemingómez, que de nuevo revela la presencia de graves contaminantes (dioxinas y PHA - Hidrocarburos aromáticos policíclicos).
Nuestras demandas.
Exigimos, a los gobiernos actuales y a las candidaturas de los futuros gobiernos municipales y de la Comunidad de Madrid:
- Avanzar en la gestión de residuos en la línea “Residuos Cero”. Reducción de la cantidad de residuos, en particular de envases. Mejora de la recogida separada de la fracción orgánica y su aprovechamiento mediante el compostaje. Aplicación efectiva del impuesto al vertido e incineración de la ley 7/2022 de residuos. Y como consecuencia la reducción del volumen que va a vertederos e incineración.
- Reanudar los estudios sobre los efectos en la salud de la incineradora, incluyendo a las poblaciones afectadas fuera de la ciudad de Madrid, como ya preveía la PNL aprobada en octubre de 2017 y que el Gobierno Regional no cumplió. Ampliar los estudios mediante biomarcadores que hace Toxico Watch: seguimiento continuo de la concentración de dioxinas en plantas cercanas a la incineradora (acículas de pinos, musgos, etc), así como en las zonas urbanas afectadas por los vientos dominantes (Cañada, Rivas y Vallecas). Incluir la biomonitorización humana como se prevé en el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente 2022.
- Exigir que la nueva empresa gestora de la Incineradora haga las modificaciones necesarias en la planta, para que no sigan produciéndose los hechos denunciados ante la fiscalía: Exceso de residuos en los fosos de almacenamiento; emisiones de gases de combustión de los hornos sin depuración; incumplimiento de la norma de superación de 850 ºC en la combustión; No introducción de caliza y deficiente de carbón activo; manipulación de las mediciones; exceso de cenizas tóxicas y escorias en el Cenicero. Que se acometan las nuevas obligaciones de control de las emisiones, incluidas en el actual contrato: medición en continuo del mercurio; muestreo a largo plazo de dioxinas/furanos y PCB. Saneamiento y control medioambiental del depósito de cenizas y escorias.
- Mantenimiento de la fecha de cierre de la Incineradora en 2025 (fecha de finalización de actual contrato).
Concentración 16 abril.
Para expresar el apoyo a estas reivindicaciones, os llamamos a participar en la concentración que convocamos frente al Ayuntamiento de Madrid, el domingo 16 de abril de 2023, a las 12:00, en la Plaza de Cibeles.
Alianza Incineradora de Valdemingómez No
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