COLECTIVOS ECOLOGISTAS MUESTRAN SU RECHAZO A LA PLANTA DE RESIDUOS
DE RIVAS VACIAMADRID
Comunicado difundido el 21 septiembre de 2012
Los
colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en
Acción, GRAMA, Jarama Vivo y Rivas Aire Limpio han mostrado recientemente su
completo rechazo a la planta de tratamiento de residuos urbanos que el
Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid y Ecohispánica I+D Medioambiental pretenden
ubicar en el municipio. Este planta es considerada como ambientalmente inviable
y contraria al ordenamiento sobre residuos actualmente vigente. De esta manera,
el Ayuntamiento de Rivas se sitúa en las posiciones más antiecológicas en lo
que respecta al tratamiento de los residuos.
El Estudio de
Impacto Ambiental de la "Planta de separación y valorización de residuos
sólidos urbanos" de Rivas Vaciamadrid, recientemente presentado a
información pública, ha recibido un rechazo unánime de los colectivos
ecologistas ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en
Acción, GRAMA, Jarama Vivo y Rivas Aire Limpio.
Para estos
colectivos, el modelo presentado supone un paso atrás en el camino hacia una
gestión sostenible de los residuos sólidos urbanos, debido a que no incentiva
la reutilización ni la reducción al tiempo que requiere un gran consumo de agua
potable y de energía. Además, esta tecnología genera lixiviados tóxicos e
imposibilita la producción de compost. En realidad, la mayor parte del material
resultante del tratamiento solo sirve como combustible [1].
Este modelo
no incorpora separación previa de los residuos, sino que todos entran a la
planta mezclados para su posterior triturado y esterilización. La mezcla no
sólo dificulta el posterior reciclado de los distintos componentes de la basura
doméstica, sino que es un fraude del Ayuntamiento de Rivas al esfuerzo vecinal
en la separación en origen que se viene realizando hasta la fecha.
Resulta
llamativo y paradójico que mientras el Ayuntamiento de Rivas lleva más de 10
años gastando miles de euros en programas exitosos de compostaje doméstico,
presente un modelo en el que se favorece una mezcla de la materia orgánica con
todo tipo de sustancias presentes en la basura (pinturas, grasas, vidrios,
metales...) y se eliminan los microorganimos necesarios para la descomposición
del proceso de compostaje. El material resultante no podría reincorporarse a la
tierra en condiciones de seguridad y, posiblemente, su única valoración posible
sea a través de la incineración para producir energía.
Por otro lado
es llamativo el alto consumo energético que plantea el proyecto. En concreto se
prevén unos gastos anuales de 3381 Mwh de gas y 8640 kWh de electricidad, así
como casi 15.000 m3 de agua y la generación de 250 Tn de lixiviados tóxicos. Estas
cifras dejan en evidencia los propósitos propagandísticos del consistorio
ripense en sus distintos programas y proyectos ambientales, y especialmente
“Rivas Emisiones Cero”, que supuestamente pretende conseguir una ciudad neutra
en emisiones en 2030.
A estos
argumentos hay que añadir que el modelo que se propone incumple los objetivos
de la legislación de residuos establecidos en las directivas europeas relativas
a los residuos, a los residuos de envases y a la legislación básica de residuos
recientemente aprobada.
[1] La producción de energía a partir
de la incineración de residuos es un proceso ineficiente desde el punto de
vista energético ya que sólo recupera un 20% de la energía contenida en los
residuos, a lo que hay que añadir los graves problemas de emisiones tóxicas
para la salud de las personas y el medio ambiente.
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